BRICS: ¿Un gigante con pies de barro o una verdadera amenaza al dólar?

BRICS

Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) han sido vistos por algunos como una potencial alternativa económica al dominio occidental y, específicamente, al poder del dólar estadounidense. Con la reciente expansión del bloque, que ahora incluye a países como Arabia Saudita y Egipto, los BRICS se esfuerzan en proyectar una imagen de unidad y poder global. En su última cumbre en Kazán, presentaron planes ambiciosos, incluyendo una bolsa de granos y un sistema de pagos independiente del dólar. Sin embargo, la realidad detrás de estos anuncios es mucho más compleja, y varios problemas internos y estructurales dificultan que este bloque pueda cumplir su promesa de rivalizar con Occidente.

BRICS estrategias económicas

1. La “Unidad” de los BRICS: Más Retórica que Realidad

Los BRICS se autodenominan un bloque de países en desarrollo con una visión compartida, pero en realidad, sus miembros tienen intereses, estructuras económicas e ideologías radicalmente diferentes. Es fácil unirse en oposición a la hegemonía del dólar, pero muy difícil construir una alternativa coherente cuando cada miembro del bloque desconfía de los otros. Rusia, India y China son rivales geopolíticos en varios frentes, lo que limita seriamente la posibilidad de una cooperación profunda. En lugar de ser una fuerza cohesiva, los BRICS son una alianza circunstancial, unida más por sus resentimientos contra el sistema financiero occidental que por una visión clara y compartida de futuro.

2. Desigualdad Económica y Falta de Consumo Interno

Uno de los factores que le da al dólar su poder es la fuerza del consumo interno de EE.UU., respaldado por altos ingresos per cápita y un mercado de consumo sólido. En contraste, los países BRICS están plagados de enormes desigualdades de ingresos y bajos niveles de consumo interno. India, por ejemplo, tiene cientos de millones de personas en extrema pobreza, mientras que en China, a pesar de su rápido crecimiento, las desigualdades siguen siendo profundas. La pobreza generalizada y la falta de un poder adquisitivo sólido limitan la posibilidad de que estos países sostengan una moneda global que pueda competir con el dólar. A nivel per cápita, los BRICS no pueden ofrecer un mercado de consumo comparable al de EE.UU., lo que disminuye considerablemente su atractivo como bloque financiero.

BRICS vs EE.UU

3. Debilidad Institucional y Políticas Impredecibles

Para que una moneda sea globalmente aceptada, el país o bloque que la respalda debe ser estable y confiable. Sin embargo, las instituciones en los países BRICS son notoriamente inestables. La corrupción, la falta de transparencia y la inestabilidad política caracterizan a muchos de sus miembros. Rusia, por ejemplo, ha perdido gran parte de su credibilidad en los mercados internacionales tras su invasión de Ucrania y las sanciones que le impuso Occidente. Sudáfrica, por otro lado, enfrenta serios problemas de gobernanza y corrupción. En este contexto, es difícil imaginar que el bloque pueda construir una base de confianza lo suficientemente fuerte como para que otros países confíen en su sistema monetario.

4. El Proyecto mBridge: Un Innovador que No Llega a Ningún Lado

Uno de los proyectos más mencionados por los BRICS es el mBridge, una plataforma de pagos basada en blockchain que pretende facilitar las transacciones entre sus miembros. Aunque innovador en teoría, este proyecto enfrenta serios obstáculos prácticos. El uso de tecnología blockchain es impresionante, pero no elimina el problema fundamental de la falta de confianza entre los países participantes. Las tensiones políticas y las diferencias económicas dentro del bloque dificultan que mBridge pueda volverse una alternativa viable al sistema basado en el dólar. La tecnología no puede superar las barreras de confianza y cooperación que son esenciales para que un sistema de pagos global funcione.

5. El Oro: ¿Un Refugio, pero Realmente una Alternativa?

Recientemente, algunos países BRICS han comenzado a acumular grandes reservas de oro, lo que algunos interpretan como un intento de reducir su dependencia del dólar. Sin embargo, el oro, aunque valioso, no puede reemplazar al dólar como moneda de reserva global. La liquidez y aceptación del dólar no tienen comparación, y el oro, aunque es un activo seguro, no ofrece la flexibilidad ni la accesibilidad necesarias para sostener el comercio internacional en un mundo globalizado. Este aumento en las reservas de oro puede ser un intento de refugio ante las incertidumbres económicas, pero no representa una alternativa seria a la hegemonía del dólar.

6. La Incapacidad de los BRICS para Proveer Liquidez Global

La teoría económica de Robert Triffin expone un dilema clave para cualquier moneda de reserva: debe proporcionar liquidez suficiente para satisfacer las necesidades globales, lo que generalmente implica déficits comerciales sostenidos y emisión constante de moneda. Estados Unidos ha cumplido este rol durante décadas, respaldando el comercio global con una oferta constante de dólares. Sin embargo, los BRICS carecen de la capacidad y voluntad para sostener los déficits comerciales necesarios para una moneda de reserva. Sus economías, especialmente las de China y Rusia, están orientadas a las exportaciones y no a proveer una moneda para que otros países realicen sus transacciones. Esto limita profundamente su capacidad para ofrecer una alternativa real al dólar.

Dilema Triffin

Conclusión

La expansión de los BRICS y sus intentos de crear un sistema de pagos alternativo al dólar pueden parecer amenazantes a primera vista, pero en realidad están muy lejos de ser una alternativa viable. Las profundas diferencias ideológicas, los problemas estructurales y la falta de cohesión económica entre sus miembros convierten a esta alianza en un “gigante con pies de barro”. Los BRICS pueden hacer mucho ruido, pero en términos de capacidad real para desafiar al dólar, sus iniciativas actuales son insuficientes.

En última instancia, el dólar podría enfrentar desafíos serios, pero estos no provendrán de los BRICS, sino de la política económica de Estados Unidos. Como indica el dilema de Triffin, la expansión de la oferta de dólares conlleva riesgos para la economía estadounidense. Sin embargo, mientras los BRICS sigan atrapados en sus conflictos internos y problemas de desarrollo, su amenaza al dólar será más ilusoria que real.

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